sábado, 24 de febrero de 2007

CLASE ABIERTA: DE ÁNGELES A PERIODISTAS DEL VÍNCULO

Periodistas y estudiantes hemos visto hasta el cansancio el esquema donde se explica la comunicación. La famosa flecha que une al emisor con el receptor para acercar un mensaje. Es, justamente, ese nudo básico de la comunicación el que cuestionamos desde el periodismo social.

Para ello, elegimos remontarnos a los albores de la historia, donde nos encontramos con el origen del mensaje, con los mensajeros y con los destinatarios de ese mensaje.

Desde siempre hubo un mensaje. Un "algo" que alguien quería que otros supiesen. Un "algo" que algunos querían saber. En la mitología clásica ya encontramos a los proto-periodistas, los encargados de que ese mensaje llegara al receptor. Hermes, a quienes los romanos llamaron Mercurio, era el dios encargado de la comunicación entre los dioses del Olimpo y también el vínculo entre ellos y la humanidad.

También en la antigüedad existían los corresponsales como Homero que aun ciego escribió las peripecias de Ulises en La Ilíada y La Odisea, y anteriormente en el mito de la caverna, el hombre que, cansado de las sombras, salió a la realidad y volvió para contarlo. Un poco más acá en el tiempo el Arcángel Gabriel con su trompeta bajó de los cielos para anunciar a María que alumbraría al hijo de Dios.

No conforme con esa misión cerca del año 610, Gabriel, también le reveló a Mahoma la palabra de Alá. Pero no todos los mensajeros eran alados. A veces Dios lo elegía entre los humanos: Moisés trajo del monte Sinaí bajo el brazo las tablas de la ley, base de la cultura judeocristiana. Como vemos la enorme flecha que une al emisor con el receptor es absoluta en el periodo mítico donde el mensaje llegaba desde las alturas.

Pero, ¿que pasó después? Nada cambió demasiado y el mensaje mantuvo la misma dirección de arriba hacia abajo durante y después de la revolución francesa. Y aun después con elperiodismo moderno. Las noticias siguieron y siguen ese mismo caminodescendente, de arriba hacia abajo, trazado desde la antigüedad: de Dios al rebaño, de la monarquía a la plebe, del poder al pueblo.

Es fácil comprobar hoy en día que en la edición de un diario casi el cien por ciento de las fuentes tienen origen en el poder: políticos, empresarios, policía y jueces.

El periodismo moderno sigue siendo un cronista del poder y el periodista devino en corresponsal del pueblo en el poder (en algunos casos, rodeado de ventajas y privilegios). Alguien que "baja" la información. Con honrosas excepciones, el periodista en el poder no siempre recuerda el mandato de origen, se distancia y se termina conformando con cumplir con la misión de mensajero.

En síntesis, el periodismo social propone un cambio en esta dinámica. Propone que la flecha mítica se transforme en una de doble sentido. Un periodismo que salga de las entrañas del poder y se convierta en puente en un lugar equidistante entre el poder y el pueblo. Que conozca las dos partes y que se esfuerce en señalar lo que es invisible para el poder. Es decir, consolidar un periodismo del vínculo entre el poder y la gente.

Un periodismo que se convierta en el guardián de ese vínculo. Que vigile que la mesa del poder tenga siempre por lo menos tres vertientes: actores políticos, actores del mercado y actores sociales. Un periodismo que abogue porque el actor social esté integrado en las decisiones, y que si así no fuera que lo señale en sus coberturas. Para conseguirlo los periodistas deben cambiar el modelo que ofrecen los mitos modernos sobre la profesión.

El periodista ya no es la contracara de Superman o del Hombre Araña, un superhéroe solitario. El periodista del vínculo trabaja en equipo. Son tres que juntos destejen la compleja madeja de la realidad: uno que conoce los vericuetos de la economía, otro que se desempeña en la política y un tercero imbuido en el campo social. Juntos trabajan para que las noticias den cuenta de una mayor porción de la realidad donde estén incluidos todos los actores (aun cuando el poder los deje afuera).

::: ALICIA CYTRYNBLUM DICTA EL "CURSO DE PERIODISMO SOCIAL" EN PERIODISMO.NET.

ESTE TEXTO ES UN FRAGMENTO DE UNA DE LAS CLASES DE ESE CURSO.
LINKS* Curso de Periodismo Social: http://64.4.18.250/cgi-bin/linkrd?_lang=ES&lah=8264eb16a3d22c339d09ba3ecf6a0a78&lat=1093708080&hm___action=http%3a%2f%2fwww%2eperiodismo%2enet%2fsocial* Alicia Cytrynblum: http://64.4.18.250/cgi-bin/linkrd?_lang=ES&lah=2e2736ef593c3d104734db10b948b43f&lat=1093708080&hm___action=http%3a%2f%2fwww%2eperiodismo%2enet%2fsocial%2fcytrynblum%2ehtm

EL PORVENIR SE LLAMA PERIODISMO CIBERNÉTICO


Desde sus inicios, el periodismo se propuso satisfacer la necesidad humana de conocer, de estar al tanto de lo que ocurre a diario. Sin embargo, sus métodos, estilos y medios se han transformado increíblemente hasta el día de hoy. Este es el siglo de la información precisamente porque la evolución tecnológica ha llegado a tal grado que permite la comunicación instantánea al poder ser espectador de lo que sucede prácticamente en el mismo momento en que está ocurriendo[1]

En décadas recientes, el egresado de la licenciatura de periodismo y comunicación conoce su tarea, tiene su fuente asignada. Se comunica por su celular con el jefe de información y recibe órdenes de trabajo.

Por la tarde acudirá a la rueda de prensa que ofrecerá el Secretario de Gobernación. Allí quedó de verse con el reportero gráfico. Prepara su equipo: grabadora, agenda electrónica, teléfono celular, radiolocalizador. Entre empujones y golpes de micrófono en la cabeza, consigue la información. Visita un cibercafé cercano y hace una síntesis de las declaraciones del funcionario. Da contexto a la información. Escribe la nota y la envía por correo electrónico a la red del periódico.

Miles de lectores atenderán la nota, sobre todo si se coloca en el denominado ciberespacio, ya que el uso social de Internet aumenta día con día. El reportero, sigue su camino para recoger boletines de prensa y cubrir otros eventos que competen a su fuente.

Lo anterior nos refiere una suma de experiencias, conocimientos, habilidades y avances tecnológicos propios del periodismo impreso. Todo ello le augura un futuro interesante, pese a la competencia con otras especialidades informativas.

Nos encontramos, pues, ante un soporte que está creando nuevos caminos para el periodismo. Con el desarrollo de las llamadas autopistas de la información, han aparecido otros contenidos; las empresas de comunicación no sólo han intentado mantener versiones en línea de sus ediciones diarias, sino que también han surgido periódicos sin tener producción impresa, canalizados solamente en la Red.

Los periódicos de todo el mundo se han ido adaptando gradualmente a las nuevas tecnologías y se han utilizado diversas acepciones para referirse al tratamiento de la información generada con la ayuda de Internet.

Cuando se habla acerca de este nuevo campo del periodismo en México y en España, así como en los países que conviven con el mismo idioma, se denomina a través de diferentes términos como: periodismo electrónico, digital, computacional o informático.

Sin embargo, el periodista José Álvarez Marcos, pionero en sistemas automatizados, concluye que Cibernético es el mejor calificativo que define al periódico multimedia producido, distribuido y consumido mediante equipos electrónicos.

El mismo investigador en su obra titulada Tecnologías para la Información Periodística, habla de la necesidad nombrar el quehacer periodístico que comienza a desarrollarse técnicamente y que en el devenir tendrá más auge, y dice: El periódico cibernético es, desde nuestro punto de vista, el calificativo conceptual más profundo y atinado para definir al diario en los albores del siglo XXI.
[2]

Y añade: El término cibernético define mejor a los nuevos diarios concebidos con criterios multimedia y en los que textos y fotografías se mezclan con sonido e imagen en movimiento[3]

No es que haya que renunciar a nada, sin embargo, sí es bueno establecer la unificación de términos para conservar los nexos lingüísticos en el tratamiento del quehacer profesional.

Tenemos que asumir los vocablos más apropiados que puedan ser de uso común: cibernético y computadora, por ejemplo, son hablados por casi 360 millones de hispanohablantes, mientras que electrónico, informático, digital y ordenador están en el uso de poco más de 40 millones de personas.

Por lo tanto, utilizaremos el vocablo Cibernético, derivado de la cibernética, acepción femenina procedente del griego kybernetike y del francés cybernétique, acuñada por Norbet Wiener luego de postularla, en 1948, como una nueva disciplina científica tras sus investigaciones basadas sobre el cálculo de probabilidades, el análisis y la teoría de la información
[4]

Si aplicamos éste término al periodismo relacionado con el quehacer tecnológico, tendremos el nombre de Periodismo Cibernético, entendido como el trabajo periodístico realizado mediante la Cibernética, es decir, a través de la conexión entre periodistas y computadoras a las redes de transmisión de datos, así como del uso de mecanismos automatizados de comunicación.

El mundo actual es especialmente complejo: informar bien sobre él es una tarea delicada que los medios tradicionales no van a hacer, o que quizás no quieran cumplir, por vacilar con frecuencia en su papel de medios en pugna.

En la actualidad, los receptores se han convertido en seres más escépticos y exigentes. Ya no es suficiente la consignación de los acontecimientos, puesto que ya los vieron por televisión o los escucharon por la radio.

Requieren, entonces, que se les dé el significado de esa información, así como las implicaciones del hecho que puedan afectarlos. Por razones de formato y diseño, ni la radio ni la televisión pueden satisfacer esa necesidad.

El terreno, pues, está abierto para la prensa escrita que, sin duda, deberá seguir evolucionando de la mano de las innovaciones tecnológicas para atraer, satisfacer y mantener viejos y nuevos lectores.

Estamos ante un medio –la Red– del que podemos esperar el servicio de la inmediatez, pero que por su naturaleza flexible, no tiene por qué renunciar a la información en profundidad. Pueden ofrecerse las noticias con su fondo social, sus precedentes, el análisis de la situación y sus implicaciones políticas o económicas; se pueden complementar las simples “noticias” con enlaces a fuentes e instituciones que han trabajado sobre la problemática en cuestión. Todo eso puede hacerse en un medio en que el espacio y las conexiones ya no son un bien escaso.

La creación de la Red de Redes nos coloca en una suerte de coexistencia entre canales públicos y privados de muy distinto alcance. Actualmente hay versiones en línea de medios tradicionalmente editados en papel; noticias que aparecen en medios no-periodísticos como portales, buscadores y asociaciones; rumores divulgados por e-mail; sitios de comentarios y análisis de acontecimientos; páginas regionales y corporativas de un sinfín de organizaciones.

Todo lo anterior demuestra el cambio radical de las circunstancias, en donde el mundo de la información ha dejado de estar exclusivamente en unas cuantas manos.

La información institucionalizada ha estado impuesta, a lo largo de la historia, por encima del periodismo libre. Ahora, es claro que una nueva alternativa la presenta el denominado Periodismo Cibernético a través de La Red de Redes.

[1] Méndez, Ana María, Prensa y nueva tecnología. México, Trillas, 1989.
[2] Álvarez Marcos, José, Una experiencia de Periodismo Cibernético: Diario Expo 92, 1997, Tesis en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla.
[3] Álvarez Marcos, José, Tecnologías para la Información Periodística, Sevilla, Madrid, 1999
[4] Chimal, Carlos, La Cibernética, Ed. Tercer Milenio, México, 2000.

jueves, 22 de febrero de 2007

NUESTRO SOPORTE Y ENTORNO COTIDIANO


Alertemos nuestros sentidos, desempolvemos las ideas y abrámonos al análisis de los fenómenos de actualidad, que para ser entendidos, deben ser vistos con otros ojos, donde el atrevimiento y la curiosidad nos permitan ver nuevas explicaciones y encontrar nuevos porqués.

Sólo así podremos entender que estamos de verdad en un nuevo siglo, donde la Red de Redes ocupa un papel fundamental, brindándonos la posibilidad de opinar sobre controversias de toda índole, como una forma inédita de apropiarnos socialmente de ella, para construir el ágora cibernética, y adoptarla como nuestro soporte y entorno cotidiano.
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