Durante la mañana de ayer fueron presentados en la Sala Siqueiros del Museo Nacional de Historia, los resultados del trabajo de campo realizado en la primera temporada de investigaciones arqueológicas en el Nevado de Toluca. Los recorridos que se han llevado a cabo han servido para ubicar las zonas más importantes en la etapa preliminar de las indagaciones.
“Debemos concienciar a los demás porque se trata de nuestro patrimonio cultural, el cual debe conservarse y estudiarse a fondo para recuperar ese pasado y darlo a conocer a la población en general”, apuntó Pilar Luna, subdirectora de Arquología Subacúatica.
Tras varias inmersiones por parte de Roberto Junco y Fernando Lozan, así como el buzo estadounidense John Reinhard, de Nacional Geografic, se hallaron piezas de turquesa, cuentas cilíndricas de jadeita, petatillo, navajillas de obsidiana, copal, púas y pencas de maguey.
Dentro de las evidencias del Epiclásico de Teotenango, también se encuentran restos materiales que manifiestan la posible presencia de los Otomíes y los Mazahuas, además de otros vestigios Mexicas. En los 16 sitios arqueológicos que se han detectado, han sido rescatados 10 cetros de madera, posiblemente de oyamel, denominados Rayo-Serpientes o “Xiuhcoatl” del posclásico tardío.
Víctor Arribalzaga, experto en arqueología de alta montaña, mostró el balance general y el resultado de los adelantos que han tenido las indagaciones arqueológicas en el sitio que comprende la Laguna de la Luna, ubicada en el cráter del Nevado de Toluca. “Se trata de una labor sistemática y exhaustiva que debe seguir el ritmo que se requiera, sin precipitarse en el rescate de los vestigios”, dijo al exponer por medio de gráficas y grabaciones en video, los detalles de dicha iniciativa.
En los próximos días tendrán una reunión con autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) para acordar un plan que ayude a proteger la zona. La montaña ya tiene 70% deforestada, por lo cual, es urgente implementar mecanismos que garanticen la protección y la conservación del medio ambiente.
Vale la pena destacar que los investigadores de la UNAM también podrían participar en el desarrollo del proyecto. En un futuro a mediano plazo, se esperan encontrar datos que confirmen el sacrificio infantil, así como más figurillas de ídolos por medio de un sonar, y más “petrograbados” cuando tengan los permisos correspondientes para seguir con la segunda fase de la investigaciones de campo.
“No se trata de restringir el acceso, sino de regular la entrada para evitar saqueos y destrucción de la flora y fauna local; nosotros lo único que hacemos bajo el agua es la arqueología subacuática”, subrayó Pilar Luna en relación con el manejo transparente de los recursos financieros, antes de finalizar la conferencia.
